El nuevo sistema operativo de Microsoft ya está disponible para su descarga (gratuita si tienes Windows 10).
Destinado a sustituir al venerable Windows 10, que desde su aparición en 2015, ha tenido una larga carrera hasta reinar en la mayoría de escritorios, alcanzando una cuota de mercado del 74% en estos momentos.
En cuanto a Windows 11 y sus novedades, hay mucho por dentro que no se ve, pero también tenemos elementos interesantes en la interfaz que afectan a la usabilidad. Con muchas características que ya emplea Apple en su sistema operativo, destacando en una interfaz limpia y de suave funcionamiento.
De lo más llamativo es el nuevo menú de inicio y aplicaciones más usadas, que Microsoft ha movido al centro. Algo que nos deja caer por donde quieren ir, poniendo el foco en el usuario y realizando cambios importantes, pero que, al mismo tiempo, no supongan una ruptura con lo que el usuario esperaría de un Windows.
Se han renovado algunas aplicaciones de siempre, como Paint, el reloj o Fotos. Aunque siguen existiendo otras que no han cambiado, arrastrando diseños ya superados. Así que, en este punto, hay un poco de incoherencia en el sistema operativo.
La cinta (Ribbon) se elimina del explorador de archivos, lo que, para algunos, es una muy buena noticia. Tenemos el nuevo diseño que gana en claridad, organización y facilidad de uso.
Una gran mejora para la mutitarea es Snap Layouts, permite elegir disposiciones de ventanas predefinidas, ayudando en la organización del escritorio en porciones y maximizar el área disponible. También tenemos Snap Groups, que permiten recuperar áreas de trabajo en las que teníamos varias ventanas dispuestas de forma concreta.
La zona de notificaciones está en la parte inferior derecha, como pasaba con Windows 10, pero su apariencia está claramente influenciada por los móviles. Y es que existe una importante apuesta por la interoperabilidad entre dispositivos, y será compatible con aplicaciones para Android, que se podrán ejecutar directamente.
La tienda de Microsoft también ha sufrido cambios, sobretodo en su política con respecto a los desarrolladores, reduciendo las comisiones si usan la pasarela de Microsoft, aunque serán libres de acudir a otras. Todo para dinamizar el sector y ofrecer más producto en la tienda.
El rendimiento es muy bueno, se nota mucho en la interfaz, pero también es visible en aplicaciones y juegos. Ya que se priorizan las aplicaciones que están en primer plano, y se reducen los tiempos de lanzamiento.
Según palabras de Panos Panay, exdirector de Surface y actual jefe de Windows, los cambios en Windows 11 se han hecho para “poner al ser humano en el centro, que sea el software el que se adapte a la persona y no al revés”, esta parece ser la estrategia principal en este nuevo sistema operativo.
En conclusión, este sistema operativo mejora claramente lo que ofrecía su antecesor, pero trae nuevas polémicas, como el uso obligatorio del TPM 2.0.
Sin el módulo TPM, podrás instalar Windows 11, pero no podrás acceder a las actualizaciones en línea. Esto obligará a mucha gente a renovar sus equipos, algo que posiblemente no tenían planeado y claramente, no gustará.
Otra polémica, es la ejecución de aplicaciones Android, un anuncio que se realizó a bombo y platillo durante la presentación, pero que, a fecha de hoy, se ha retrasado.
Con todo, parece que el camino seguido por Microsoft es correcto, se nota que se le ha puesto mimo, así que esperemos que Windows 11 cumpla con todas las expectativas y pase a la historia como, uno de los “buenos” sistemas operativos de los de Redmond.